Casi 30 años han pasado desde de que el creador y fundador de la marca, Mark Grinnall, encargara el diseño a Steve Harper de nuestro protagonista de hoy, el Grinnall Scorpion III. El caso es que sigue en plena vigencia y fabricándose como si del primera día se tratara, teniendo detrás del modelo y la marca una extensa legión de seguidores a lo largo y ancho del globo.
Es en 1991 cuando este empresario británico, amante de las dos y cuatro ruedas, decide dar forma y crear un vehículo que combinase de la manera más efectiva posible ambos mundos. Para ello funda su propia marca y se pone manos a la obra contando detrás de él con un equipo de ingenieros y técnicos, que darían a Grinnall el resultado final que tanto ansiaba.
El Scorpion III cuenta con un chasis tubular de acero que es cubierto por una carrocería fabricada en GPR, consiguiendo de este modo un peso muy contenido, de apenas 400 kilogramos dependiendo de la versión, que le confiere una excelente relación peso potencia. Se trata de un trike invertido.
El Grinnall Scorpion III es sinónimo de diversión, gracias a una mecánica procedente de motocicleta que, unida a su extraordinario bastidor y soluciones técnicas, le confieren unas prestaciones de primer nivel
A ello hay que sumarle una amplia gama de motores suministrados por BMW desde su departamento de Motorrad, en versiones de tres y cuatro cilindros y con potencias que van desde los 75 CV en los principios del modelo, hasta los 167 CV actuales provenientes del propulsor que monta la BMW K 1300 y que es el elegido como tope de gama por parte de la firma británica.
El cambio va asociado a la mecánica que se decida montar, siendo este de cinco o seis velocidades dependiendo del que se monte en la versión de dos ruedas homóloga de BMW, estando la palanca de cambios dentro del habitáculo y usándose de manera manual de un modo secuencial hacia delante o detrás, según estemos subiendo o bajando velocidades.
Con los datos sobre la mesa, podemos hacernos a la idea de lo que es capaz este triciclo con el motor en posición central y que manda la potencia a la rueda trasera. Pero si esto parece poco, BBR Racing, una empresa de preparaciones, suministra un Kit para “turbar” el propulsor del Scorpion III. De esta forma logra llegar hasta los 300 CV, con una relación final peso-potencia de 0,75 kg/CV, algo simplemente bestial y al alcance de muy pocos vehículos en el planeta.
Con apenas 400 kilogramos de peso máximo y potencias que pueden alcanzar hasta los 300 CV, el Scorpion III es capaz de rodar al ritmo de deportivos de primer nivel
Evidentemente, y para poder exprimir el potencial, es necesario que las demás partes del Grinnall acompañen para ello, y por eso los británicos han dotado a su triciclo de una suspensión delantera con el sistema Paralever de BMW, así como amortiguadores totalmente regulables. En el eje posterior se ha optado por un muelle helicoidal concéntrico y amortiguador ajustable en diferentes parámetros.
El cuerpo del Scorpion III descansa sobre llantas fabricadas en fundición de aluminio, buscando de esta manera rebajar el peso en la medida de lo posible. Monta neumáticos delanteros en medidas 195/50 ZR15 en el tren delantero y 205/50 ZR16 en la única rueda que conforma su eje anterior, saliendo por el lateral izquierdo de esta el sistema de escape.
Las medidas finales del deportivo británico varían según la motorización empleada, oscilando entre los 3.530 mm y 3.630 mm de longitud total, con una distancia entre ejes también variable que queda registrada entre los 2.700 mm y los 2.870 mm. La anchura máxima por el contrario es unitaria, ya que su frontal permanece inalterado independientemente del propulsor empleado, con una distancia total de 1.760 mm.
Tras casi 30 años en el mercado, el Grinnall Scorpion III es uno de los vehículos británicos con más solera y prestigio dentro del segmento de los deportivos ligeros, teniendo diversos club de propietarios repartidos por el globo
En su interior nos encontramos con una cabina que da cabida para dos ocupantes y justo detrás de los asientos un pequeño hueco donde poder depositar algún bulto de pequeñas dimensiones, como una maleta de mano, quedando este justo encima del motor. El resto de elementos brillan por su simplicidad, encontrándonos con un cuadro de instrumentos derivado directamente de las motocicletas de la gama K de BMW y varios indicadores de temperatura y nivel de combustible, manteniendo una imagen parca y funcional.
Ni tan siquiera el volante o el sillón del piloto es regulable, siendo tan solo movible en diferentes posiciones el pedalier, por lo que nos puede dar una idea el comportamiento y espíritu RACER del que goza el Grinnall Scorpion III. Como punto negativo debemos apuntar que su depósito, fabricado también en aluminio, tan solo tiene una capacidad de 28 litros, quedándose a medio camino entre los que equipan en las motocicletas y los automóviles, dejándonos claro que estamos en cualquier caso ante un vehículo en mitad de ambos mundos.
A nivel prestacional el Scorpion III no tiene datos oficiales de cada una de sus versiones según la motorización. Lo que sí sabemos es que en su gama más baja es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 6 segundos y que puede alcanzar velocidades por encima de los 200 km/h.
Por último, y quizás más importante llegado el momento de decidirnos por este vehículo tan especial es ¿cuánto hay que pagar por él? La tarifa base depende del propulsor elegido y está en torno a las 16.000 libras, unos 17.500 euros, y se puede comprar o bien montado en su totalidad o desmontando por completo, seleccionando todas y cada una de las piezas que deseemos para armar en nuestra propia casa -no en el caso de España- este exótico vehículo. ¿Te animas?
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS